Tres espacios y una marcada personalidad

Estamos ante un trabajo muy especial realizado para unos clientes que ya se han convertido en amigos, en el que hemos contado con el interiorista Gustavo Lahera, profesional muy cercano a nosotros, de manera que podemos decir que todo queda en «familia». Y si además añadimos el haber trabajado con productos de la firma italiana Cesar, además de los nuestros propios, ¡todavía llega más lejos nuestra afirmación!

En esta ocasión, el proyecto ha consistido en una intervención que se reparte en tres estancias (cocina principal, bodega y zona de lavado), ofreciendo cada una de ellas su propia estética y funcionalidad, claramente diferenciadas.

Comenzamos con la cocina principal, de carácter rotundo y colores oscuros, que contrasta con esa envolvente cálida de madera que encontramos en toda la vivienda. Para conseguir dicho carácter empleamos mobiliario Cesar en acabado lacado con efecto metálico y, como no, pinceladas de madera como nexo de conexión.

Es una cocina que transmite sensaciones muy directas, gracias al uso de materiales como la madera natural, el metal a través del lacado y la rugosidad característica de la piedra natural. En cuanto a la distribución y el equipamiento, se diseña de tal forma para conseguir ese triángulo de trabajo perfecto entre la placa, aguas y equipos de refrigeración.

El diseño se ve además marcado por un juego de líneas puras y rectas que, sin abandonarlas en ningún momento, crea esa continuidad de la encimera para crear la mesa de cocina, que facilita el dinamismo e interactividad en la cocina además de crear un efecto elegante y delicado. A este mismo propósito, ayudan los distintos electrodomésticos totalmente integrados.

Nos detenemos ahora en el cuarto de lavado, en el que hemos buscado la mínima expresión tanto en formas como en acabados. Aquí siempre primará la funcionalidad a la estética, para conseguir el máximo espacio de almacenamiento, y que no quede nada fuera de su lugar.

Para la encimera hemos apostado por la practicidad, instalando fenólico blanco, por su gran resistencia al agua. Los acabados de las puertas, por su parte, presentan en su mayoría colores blancos o claros, que nos transmitan limpieza y orden.

Por último, en la cocina de la bodega, así como en la principal, queríamos marcar diferencia. En este caso hemos querido mimetizar la envolvente del espacio y, para ello, hemos realizado las puertas de armarios, la encimera e incluso los forrados de las paredes, en la misma madera que lleva toda la habitación, para obtener un todo uniforme y coherente.

Esta última es una cocina adecuada a su espacio para usarla en un contexto de ocio, donde la característica que prima es la comodidad de uso, ya que el trabajo de cocina más exigente propiamente dicho, se lleva a cabo en el resto de zonas.


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